


Recorriendo Valparaíso, un domingo de primavera.
¿Qué mejor que disfrutar un domingo con la persona
amada?
Valparaíso, nos regaló una tarde hermosa e inolvidable.
Pretendo compartir una mirada a mi aldea, a la ciudad puerto de Valparaíso, anclada en un mágico recodo del Pacífico sur. Volcar la crónica natural que bulle en sus calles empinadas, en su gente que baja en puntillas a caminar frente al mar. Simplemente amado, sin explicar porqué, aquí está Valparaíso, creciendo hacia arriba, como decía Neruda.